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Contra ECV recomiendan consumir café

Escrito por Doctor Inteligente / Ruth Pedroza. Publicado en Cardiología

La naturaleza nos provee de muchos alimentos benéficos para la salud, porque en su forma natural están compuestos de nutrientes, vitaminas, minerales, antioxidantes y proteínas entre otros.
 
Tal es el caso del café, que posee una compleja fitoquímica, que causa muchos beneficios y protecciones a la salud para quien lo consume, es decir, una compleja mezcla de sustancias bioactivas con propiedades antioxidantes como la cafeína, el ácido cafeico, los ácidos clorogénicos, el cafestol, el kaweol y por la presencia de otros compuestos químicos como la niacina (vitamina B3) y su precursor la trigonelina. 
También se sabe que el café es rico en Magnesio y Potasio (Gómez-Ruiz y col., 2007) y que los efectos positivos del café no son atribuibles solamente a la cafeína.
 
Estas características y su buen sabor y variedad lo ha hecho una de las bebidas de mayor consumo en el mundo.
Bien es cierto que su consumo también ha sido fuente de controversias, pues como todo, cuando se consumé en exceso sus beneficios se ven disminuidos y los aspectos negativos comienzan a proliferar, como en el caso del vino tinto, que sus polifenoles protegen al corazón, pero en exceso, en el largo plazo, puede causar alcoholismo o daño hepático y renal como consecuencia secundaria.
En el caso del café, se comienza con aspectos que van desde el mancha miento o coloración amarillenta en los dientes, hasta un supesto acercamiento del cáncer en pacientes con tumores avanzados.
 
Por ello es que los expertos indican que beber una o dos tazas de café todosmlos días, provoca que el consumidor obtenga los beneficios, el principal de ellos, relacionado con la prevención del riesgo de padecer enfermedades crónicas, entre las que se encuentran las cardiovasculares (ECV) que se constituyen  como principal causa de muerte en el mundo (OMS, 2013). 
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, se estima que en el año 2030 morirán alrededor de 23.3 millones de personas por esta causa, sobresaliendo las cardiopatías y el accidente vascular cerebral (AVC). Muchas de las ECV podrían prevenirse con estilos de vida saludables donde se incluya la actividad física, y como factores de riesgo se han identificado: dietas inadecuadas, obesidad, sedentarismo, hipertensión, hipercolesterolemia y la diabetes. 
 
¿Qué dice la ciencia al respecto del papel del café en la prevención de las ECV
Se han elaborado estudios de cohorte que consisten en el seguimiento de una o más cohortes (grupos) de individuos sanos que presentan diferentes grados de exposición a un factor de riesgo, en quienes se determina la aparición o no de la enfermedad  (Epi-Centro, 2007). La finalidad de este tipo de estudios es valorar y cuantificar la posible relación existente entre el factor (por ejemplo consumo de café) y la enfermedad (por ejemplo la ECV) y se considera como evidencia científica fuerte. 
 
Así, en Japón se realizó un estudio de cohorte durante 13 años, con un seguimiento de 1 066 718 personas de entre 40 a 69 años, que examinó si existía alguna asociación entre el consumo de café y la incidencia de ECV y AVC. 
 
Los resultados señalan que el consumo de café puede reducir el riesgo de infarto cerebral al mejorar los niveles de glucosa en sangre, ya que la presencia de valores elevados de este azúcar, es un factor de riesgo para el infarto cerebral. También se encontró que el consumo de café más de 3 veces por semana contribuye a reducir el riesgo de ACV, ECV y de enfermedad coronaria. (Kokubo y col., 2013). 
Otros estudios, como el de cohorte con 83 mil 76 mujeres durante 24 años en los Estados Unidos, también encontró una asociación inversa entre el consumo de café y el riesgo de AVC, pero no hubo asociación para los individuos que, aunque bebían café, fumaban o padecían de obesidad. Es decir, al menos para el tabaquismo, el café no puede contrarrestar los efectos negativos que éste produce en el organismo. 
 
Un mayor consumo de café descafeinado también fue asociado con un menor riesgo de ACV, lo que fortalece la hipótesis de que los componentes del café, diferentes de la cafeína, también actúan en la disminución del riesgo de ACV. 
Estas sustancias, entre las que se encuentran el ácido clorogénico, el ácido ferúlico y el ácido p-cumárico entre otras, tienen efectos benéficos en el metabolismo de la glucosa, en la inflamación y en la disfunción endotelial que se considera una de las primeras manifestaciones de la enfermedad cardiovascular y la arteriosclerosis (López-García y col., 2009). 
 
Un estudio de meta-análisis que incluyó cinco investigaciones prospectivas de consumo de café y falla cardiaca de poblaciones de Suecia y Finlandia, en el periodo comprendido entre 2001 y 2011, que incluyeron 140 220 participantes divididos en grupos de individuos sanos e individuos con historial de infarto al miocardio, encontró que el consumo de 4 tazas de café al día tenían una fuerte asociación inversa con las fallas cardiacas (Mostofsky y col., 2012). 
 
Otros estudios de meta-análisis reportan no encontrar evidencia de mayor riesgo de enfermedad coronaria cardiaca con consumos altos de café (más de 4 tazas de café al día). No obstante hay otros estudios con resultados controversiales (Rebello y van Dam, 2013), pero una de las investigaciones prospectivas más largas que involucraron 402 260 adultos norteamericanos, encontró que las mujeres  que  bebían  2 a 3 tazas  de café  al día  tuvieron  15%  menos riesgo en mortalidad por causas cardiacas que las que no tomaban café. En el caso de los hombres, la disminución del riesgo fue de 14% (Freedman y col., 2012).
 
Cada vez hay una mayor evidencia científica apoyando los efectos benéficos que el café puede aportar a la salud, generando un nuevo concepto del café como una bebida recomendable, no obstante, estos efectos se verán limitados si no se tiene un estilo de vida saludable.
 
Referencias
Gómez-Ruiz JA, Leake DS, Ames JM. 2007. In vitro antioxidant activity of coffee compounds and their metabolites. Journal of Agricultural and Food Chemistry, 55:6962-6969.
Epi-Centro. 2007. Epidemiología analítica. http://escuela.med.puc.cl/recursos/recepidem/epiAnal3.htm  consultado el 3 de septiembre, 2014.
Freedman ND, Park Y, Abnet CC, Hollenbeck AR, Sinha R. 2012. Association of coffee drinking with total and cause-specific mortality. New England Journal of Medicine 366: 1891-1904.
Kokubo Y, Iso H, Saito I, Yamagishi K, Yatsuya H, Ishihara J, Inoue M, Tsugane S. 2013. The impact of Green tea and coffee consumption on the reduced risk of stroke incidence in japanese population: The Japan Public Health Center-Based Study Cohort. Stroke 44: 1369-1374.
Lopez-Garcia E, Rodriguez-Artalejo F, Rexrode KM, Logroscino G, Hu FB, van Dam RM. 2009. Coffee consumption and risk of stroke in women. Circulation 119: 1116-1123.
Mostofsky E, Rice M, Levitan E, Mittleman M. 2012. Habitual coffee consumption and risk of hearth failure: a dose-response meta-analysis. Circ Heart Failure 5(4): 401-405.
OMS. 2013 http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs317/es/ consultado el 1 de septiembre, 2014.
Rebello SA, van Dam RM. 2013. Coffee consumption and cardiovascular health: getting to the hearth of the matter. Current Cardiology Reports 15: 403. 
**Ruth Pedroza es experta en ingeniería de los alimentos
 

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